Para que nos hagamos una idea, en invierno podemos tener mucha nieve y temperaturas bajo cero. Eso hace que el viaje se complique bastante en todos los aspectos. Puede ser que tengamos problemas incluso en los aeropuertos de la ciudad. Pero si vamos en diciembre podremos ver Nueva York preparada para la Navidad. Allí tendremos la oportunidad de ver el árbol del Rockefeller Center; y también The Rink At Rockefeller Center, la famosa pista de patinaje sobre hielo.
Por contra, si vamos en verano podremos encontrar temperaturas bastante altas. Quizás no lleguemos a ver los 40 grados de algunas ciudades españolas; pero sí más de 30 grados con regularidad y la humedad causada por la zona. Hay que recordar que Nueva York está pegada al Océano Atlántico. Además, el East River y el Hudson River cruzan por la ciudad.
Otra de las ventajas del verano es la gran cantidad de horas de luz natural. Tendremos días muy largos y noches muy cortas, de forma que podremos ver más cosas. Eso es justo al contrario en invierno.
El tiempo para visitar Nueva York
Por lo tanto, teniendo estos datos en la mano, hay que elegir un mes para visitar Nueva York. Junio o septiembre pueden ser las mejores opciones. Porque no debemos olvidarnos de que en julio y agosto, los precios suelen subir. Especialmente los billetes de avión, aunque los hoteles no son una excepción. Es temporada de vacaciones para mucha gente.
También hay que tener en cuenta que en junio podremos aprovechar más horas de luz solar para ver la ciudad. Es otra cosa que debemos tener en cuenta en un viaje de estas características.