The High Line es uno de los parques más recientes que se han creado en Manhattan. Su peculiaridad consiste en el origen de esta zona verde. Hasta hace no muchos años, aquí había una línea de tren abandonada. Su destino era incierto hasta que se optó por una idea revolucionaria.
La vía férrea se construyó en la década de los 30 para evitar las muertes que el paso del tren producía por la calle. La línea estaba en pleno funcionamiento en 1934, transportando millones de toneladas de carne, lácteos y productos. Tenía paradas directas en algunos edificios, creando un fácil acceso para fábricas como la National Biscuit Company.
Entren las décadas de los 60 y 80, el uso del tren disminuyó por el empuje del camión. Ya para la década de los 90 se contempló la idea de hacer un parque, pero la idea no salió adelante. Entre 2004 y 2006 se eligió un proyecto ganador entre varias propuestas internacionales.
Se optó por hacer un parque sobre este lugar elevado, y la decisión se convirtió en un acierto. Hoy es un espacio verde transitado por ciudadanos y turistas que van a Nueva York. El comienzo de The High Line está en Gansevoort Street con Washington Street. Desde allí, el parque discurre hasta terminar en Hudson Yards, junto a la calle 34.
Inauguración de The High Line
El parque se inauguró en 2009 como un espacio público híbrido donde los visitantes experimentan la naturaleza, el arte y el diseño. A lo largo del trayecto se pueden encontrar varios accesos a las antiguas vías. Varios de estos accesos están adaptados para personas con problemas de movilidad. Por lo tanto, es un parque abierto para todas las personas.
Muchos turistas llegados de todo el mundo acuden a este parque de reciente creación para pasear y disfrutar de las vistas. Los locales también son asiduos de sus calles puesto que es una zona ideal para practicar deporte o caminar.